El ‘pasillo cárcel’ o el ‘pasillo radioactivo’. Así denominan algunos zulianos a la nueva modalidad de los supermercados de encerrar, en un solo pasillo vigilado y de acceso controlado, los productos pequeños, las latas ‘abre fácil’, las cajas de edulcorantes y hasta las toallas húmedas para limpiar a los bebés, publica el diario Panorama.
La aplicación data de unas dos semanas, aproximadamente, y rápidamente se ha extendido a otros establecimientos que la han copiado. La razón: el aumento de pérdida del inventario de esos productos, principalmente en los momentos en los que grandes cantidades de usuarios ingresan en búsqueda de regulados.
Ramón Viloria, cliente de un supermercado de la avenida Bella Vista, explica que, pese a tener más de 30 años comprando en el lugar, ha tenido que adaptarse a las nuevas reglas. “Yo los entiendo, pero es más molestia para el cliente tener que esperar para entrar al pasillo”.
Solo 3 personas por pasillo, con acceso controlado y vigilado
La espera, aunque corta, fastidia a algunos. En ese negocio, solo tres personas entran a la vez al área donde se exponen: cubitos, chocolates, atún (con abre fácil), jamón endiablado, alimentos para niños, edulcorantes en sobre, café instantáneo, toallas húmedas, afeitadoras, hilo dental, cepillos de dientes, tintes, algunos licores y otros productos. La lista es de 30 ítems.
Un empleado del mismo negocio resume el porqué de la norma. “Se estaban robando muchos productos. Se estableció que no se podía entrar con bolsos ni carteras grandes pero hasta en un bolsito pequeño se llevaban las latas de crema de zapatos”, dice.
“El cliente escoge lo que quiere, aquí se le guarda en una bolsa y luego, cuando ha terminado su compra y va a pagar, indica en qué caja estará y se le lleva”, dice la ‘vigilante’ del pasillo.
La medida no se limita solo a los supermercados. Las farmacias perfumerías también han implementado la ‘norma’, pero guardando los productos susceptibles de robos en las cajas. “Nos pasa sobretodo con el maquillaje”, dice sin querer identificarse, un vigilante de la sucursal de Indio Mara de una cadena nacional de farmacias.
En otra farmacia, ubicada cerca de la plaza La República, dejan un señuelo en el mostrador, pero allí no está el producto. “Se hace así para que la gente sepa que tenemos existencia pero que lo pidan en la caja. Los hemos dejado allí y registramos muchas pérdidas porque se los roban”, dice una empleada.
Si bien es cierto que siempre han existido áreas de productos que por su costo, o por su fragilidad están custodiados todo el tiempo, la novedad está en que se incluye a productos tan variados como el chocolate fabricado en Venezuela, que anteriormente estaba en los pasillos de acceso público. El atún es otro rubro ‘preso’.
“Es que se ve mucha maldad”, asegura Aurelia Boscán en el Enne de Dr. Portillo. “Vine hace dos semanas y todavía no habían puesto el sistema. Había detergente y por eso esto estaba full. Vi como la gente se comía hasta los ‘diablitos’ que vienen en un empaque que no es de lata. Por eso lo cierran”, asegura, apoyando la medida.
En los Centro 99 también diseñaron el área restringida hace más de un mes, según explica Alirio Finol, de la parroquia Olegario Villalobos. “La primera vez que lo vi pensé que era porque allí tendrían solo los regulados, como lo hizo Bicentenario. Luego me di cuenta que no depende del precio, sino del producto en sí”.
Las cifras de incidentes relacionados con esta práctica se desconocen. En la sede de la Asociación Zuliana de Supermercados (Azusa), una encargada informó que “cualquier solicitud de información debe tramitarse por escrito a través de correo electrónico”, dijo.
A través de la Asociación Nacional de Supermercados y Afines (Ansa) se obtiene, palabras más, palabras menos, la misma información. “Toda solicitud de entrevista debe canalizarse por escrito, solicitada a su presidente, Luis Rodríguez”, indicó una asistente, vía telefónica.
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