El 24 de julio ni Pdval ni el Supermercado Bicentenario abrieron, pero la gente hizo filas desde la tarde para garantizar un puesto para este sábado.
En Alta Vista, donde están los comercios estatales más surtidos, la venta de harina de maíz, margarina, leche y carne movilizó a cientos de personas que no consiguen “nada” en ningún establecimiento.
En el Pdval de la avenida Guayana la cola comenzó un día antes, a las 4:00 de la tarde. El preludio fue la protesta del jueves, cuando un centenar de personas tumbaron una de las cercas y trancaron la calle para exigir que la venta continuara para todos los que estaban en cola.
No fue distinto este sábado. Poco después de las 11:00 de la mañana y cansados de la espera se formó el alboroto. Los compradores comenzaron a empujar una de las puertas y mujeres intentaron cruzar por encima del portón, lo que obligó la actuación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y que un funcionario, que no quiso identificarse, fungiera como organizador en las adyacencias.
A la fila asistieron personas de todas partes. Madres buscando leche, productores del campo que les falta “todo” en las bodegas, abuelas llorando cansadas de la espera, vendedoras de empanadas, profesores, enfermeras y… revendedores.
Como una abuela que deseaba comprar “lo que haya… tengo hambre”.
- ¿Qué es lo más difícil de conseguir?
- La comida… ¿es triste verdad?
La abuela de 81 años le faltaba poco para entrar, pero quienes salían con bolsas lograron pasar precisamente por el forcejeo que se generó a las afueras.
Correo del Caroní