Un ritual ancestral en la comunidad shuar de Tundayme, en la provincia su oriental de Zamora, frontera con el Perú, dio inicio, ayer, a la marcha de una facción del movimiento indígena del Ecuador en contra del Gobierno del presidente Rafael Correa. Aspira a llegar a Quito el 13 de agosto, tras recorrer 800 kilómetros, para unirse al paro general convocado para esa fecha por movimientos sociales, organizaciones sindicales y gremiales.
Los indígenas están motivados por las jornadas de protesta que diversos grupos sociales protagonizaron en días pasados en el país, algunos de los cuales, como el de los médicos, respalda su marcha, que busca el archivo de un paquete de enmiendas constitucionales que se tramita en la Asamblea de mayoría oficialista, y que propiciaría la reelección indefinida del presidente Correa y de todas las autoridades de elección popular.
«Si quiere quedarse en el poder, que llame a consulta popular para que el pueblo se pronuncie. Hoy la Constitución no le permite ser candidato en 2017», dice Salvador Quishpe, prefecto de Zamora, y uno de los líderes del movimiento indígena refiriéndose al mandatario del Ecuador, quien aclara que lo que buscan son rectificaciones y no sacar del poder al mandatario.
Calentar las calles
El presidente Correa reitera que las movilizaciones buscan desestabilizar su administración. «Nos quieren volver al pasado y una de las estrategias es calentar las calles con protestas», dijo en una entrevista en televisión.
Para intentar bloquear las movilizaciones, el Gobierno ha convocado a un diálogo «por la justicia social y la equidad».
La movilización indígena tiene una amplia agenda de demandas: Exige la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, hoy copado por afines al Gobierno; la derogatoria de leyes y decretos que coartan la libertad de expresión y organización social; la restitución del aporte estatal del 40% a los jubilados, la devolución de los fondos de cesantía a maestros; el archivo de los proyectos de Ley de Herencia y Plusvalía y rechaza la minería a gran escala que propicia el Gobierno en la región amazónica.
«Queremos amplificar el cansancio del pueblo por el despotismo del caudillo que pretende imponer la ideología del capitalismo extractivista», comentó a ABC el presidente de Ecuarunari, Carlos Pérez Guartambel, desde la marcha que camina a Quito.
División indígena
Esta es la tercera movilización del sector indígena en lo que va del Gobierno de Rafael Correa, en el poder desde enero de 2007. La primera fue en 2009 y la segunda en 2012, las dos en contra de la Ley de Agua.
Pero no toda el movimiento indígena respalda las protestas. Grupos afines al gobierno rechazan la convocatoria de la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador). «La derecha estáutilizando a los movimientos sociales», dice Delia Caguano, dirigente indígena de la provincia de Chimborazo, en el centro del país. En iguales términos se pronuncia Miguel Lluco, dirigente histórico de la organización.
ABC