Samuel Díaz estaba en el piso 19 de su apartamento en la ciudad de Santiago cuando todo empezó a moverse. Por la ventana veía cómo los edificios se tambaleaban, como gelatinas. Enseguida se dio cuenta de que estaba presenciando, por primera vez, algo que parecía un sismo.
Díaz, venezolano recién llegado a Chile con la idea de probar suerte en un país distinto al suyo, todavía estaba pasando el susto del movimiento que sacudió la zona central del país cuando fue contactado por Efecto Cocuyo, tras el terremoto de magnitud 8,4, según el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile. Sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que la magnitud fue de 8,3 en la escala de Richter.
“Fue horrible. Cuando me di cuenta de lo que pasaba le dije a mi compañero de piso que nos pusiéramos debajo del marco de la puerta principal, porque había escuchado que eso es lo que se debe hacer en estos casos. Cuando abrimos la puerta vimos a nuestros vecinos chilenos que ya estaban ahí, haciendo lo mismo que nosotros. Pasaron como 40 segundos, todo se calmó un poco y entonces bajamos corriendo por las escaleras. Cuando llegamos a la planta baja sentimos la réplica, que no fue tan dura como la primera”, contó Díaz. Lo que más le impresionó fue el modo en que los locales lo asumieron: “Después de que todo pasó, los chilenos quedaron como si nada. Claro que están conscientes de que fue fuerte, pero impacta más para uno que es venezolano y que no está acostumbrado a estas cosas”.
Lo inusual del terremoto fue su duración: más de tres minutos. Las autoridades emitieron una alerta de tsunami para todo el borde costero del país y también se extendió a Perú, Hawaii y Nueva Zelanda.
Fuera de casa
Lorena Tasca es una periodista venezolana que actualmente vive en chile y trabaja en el diario El Mercurio. Estaba en pleno cierre de la edición de una revista cuando todo a su alrededor empezó a moverse. “Yo estaba tranquila hasta que vi que otros compañeros chilenos se empezaron a asustar por lo largo del temblor que después resultó terremoto. Menos mal que me agarró en el diario. Salimos a zona segura, en el estacionamiento y ahí esperamos. Pero fue horrible, todo se movía demasiado. Uno queda como mareado”, dijo.
Jaiden Martínez es otro paisano que también lleva pocos meses en Santiago y la noche de este miércoles 16 de septiembre tuvo su primera experiencia sísmica de esta magnitud. Estaba con su novia y una amiga en un restaurante chino a punto de empezar a cenar. “En un momento inesperado comenzó a temblar, todo comenzó a moverse y no paraba. Los tres nos vimos las caras y supimos que estaba temblando fuerte, volteamos y las lámparas se movían muy rápido. Fue un pequeño momento de horror y salimos corriendo de ahí. En otras oportunidades había sentido movimientos leves, porque vivo en un piso 9 y es normal que esas cosas pasen aquí, pero lo de hoy fue otra cosa. Los carros estacionados se movían de un lado a otro, realmente impresionante. Qué susto, este es mi primer terremoto”.
Martínez esperó con las dos chicas y muchísima gente en la calle, afuera del restaurante y, cuando ya todo parecía haber vuelto a la normalidad, entraron a comer. Apenas se sentaron, la marea llegó de nuevo. Tuvieron que volver a correr a la calle y la comida se quedó ahí, tambaleándose en la mesa. Luego de unos minutos decidieron marcharse a la casa de un amigo que estaba cerca de ese lugar. Hasta el cierre de esta nota, ni él ni su novia sabían si el apartamento donde viven alquilados sufrió daños porque no habían podido salir.
Precisamente en un restaurante falleció una persona, de las tres que se conocen hasta la medianoche de este miércoles. “Hemos tenido la información de que ha fallecido una persona aplastada por un muro en un restaurante. Nos han reportado que tenemos de 12 a 15 personas lesionadas en el hospital.Estamos sin luz y con varias matrices (tuberías principales) de agua rotas”, dijo el alcalde de Illapel, Denis Cortés.
De acuerdo con el reporte de Cortés, la segunda víctima es un octogenario que falleció como consecuencia de un infarto cardíaco. La tercera muerte ocurrió debido a un derrumbe fuera de Santiago.
El ministro del Interior, Jorge Burgos, indicó que se ha ordenado la evacuación preventiva de las zonas costeras desde Arica hasta Puerto Aysén. Mientras tanto, los venezolanos en Chile están a la espera y rogando que no se produzcan más réplicas. Inexpertos ante estas situaciones por la falta de promoción de la cultura sísmica en Venezuela, para ellos será muy difícil dormir.
Efecto Cocuyo
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