ARTÍCULO: MI 12 DE FEBRERO
Cuando se acerca el 12 de febrero se me vienen demasiados pensamientos, junto a ellos tristeza, emoción, arrepentimientos, y otras muchas cosas. 12F el día que Venezuela se paralizó, el día que lloramos a los guerreros caídos, aquel día en el que nos enterábamos de los acontecimientos por las redes sociales porque los medios de comunicación no transmitían porque estaban amenazados, aquel día que se encendió una llama y un espíritu luchador que recorrió cada calle venezolana sin descanso. Aún lo recuerdo como si fuera ayer cuando aquel 11 de febrero me dormí a las 10 de la noche con una emoción y ganar de luchar enorme, para levantarme temprano el día siguiente y así estar al pendiente de lo que podría suceder y estar presente en la concentración que realizaría cerca de mi casa, ya que se escuchaban diferentes opiniones en las calles, entre ellas que Maduro renunciará, Leopoldo irá preso y se armará un lío, habrá demasiada sangre en las calles, Todo el mundo se sumará a la protesta por la crisis que se vivía, y un sin fin de rumores. Lo cierto es que el 12F me levanté muy temprano, lo primero que hice fue ingresar en twitter a ver como había amanecido el panorama y de primer lugar observé que estaba Trending Topic la etiqueta #12F y Día de la Juventud a parte de una serie de mensajes positivos, posters, imagenes, tweets destacados de Leopoldo López y María Corina reiterando el llamado a la calle de manera contundente. Me vestí y me fui para el lugar de convocatoria, a eso de las 10 am cuando llegué, pensé que no encontraría a tantas personas como era de costumbre, pero al contrario, toda la sociedad atendió el llamado de manera masiva y eso me alegró. Luego de un rato los jóvenes continuaban alzando su voz y le daban permiso a las personas de opinar, hasta ese momento, aún todo continuaba pacífico, tampoco había presencia militar, ni policial. En horas de la tarde me fui a mi casa un rato para luego para estar enterado de como transcurrían las protestas en otros estado y luego regresar a la protesta. Cuando volví a la concentración, habían algunos cauchos tirados en la carretera, muchos militares, motos, policías, incluso antimotín, sorprendido me senté en un muro a observar todo, y vi claramente cuando un un militar lanza algo (no alcancé a ver que era) a uno de los cauchos y este se prendió en llamas, rápidamente el militar culpó a un joven que estaba a una buena distancia de los cauchos, y lo agarró por la camisa afirmando que el lo había visto cuando había quemado el caucho, me asusté, pero con todo y eso le dije al militar que él no había sido, que lo dejara quieto, y que se queden tranquilos que los cauchos no serían quemados, al momento el militar soltó al muchacho, y se fue al lugar donde estaban reunidos todo su combo militar. Me fui una vez más a la casa porque vivo muy cerca, a ver que ocurría en el país, cuando observo como tendencia los nombres, Bassil y Robert, entro a la etiqueta y veo que fueron asesinados por supuestos militares, ya habían vídeos del hecho e imagenes, la emoción que sentía se volvió en frustración, tristeza, pero sobre todo impotencia, al ver como dos jóvenes habían sido asesinados por la fuerza represiva que reinaba en Caracas. Mis ánimos se fueron abajo, pero mi espíritu de lucha continuaba inquebrantable. Casando, oré, y me fui a dormir. Sabía que la lucha era larga, y un #13F, aún me esperaba.
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