FOTO AFP |
Después de mucho buscar, Gabriela y Carlos encontraron el carrito a control remoto que su hijo Gabriel deseaba para Navidad. Pero en solo dos semanas, mientras completaban el dinero, la inflación que azota a los venezolanos tornó impagable el juguete.
Costaba 75.000 bolívares cuando lo vieron por primera vez, pero al volver al almacén había subido a 105.000, casi cuatro salarios mínimos.
El precio equivale a 156 dólares a la tasa oficial más alta, y a 38 dólares en la del mercado negro. Sin embargo, el sueldo básico en Venezuela es de apenas 40 dólares a la cotización oficial, y de 9,8 a la del paralelo.
La inflación, que según el FMI cerrará este año en 475% y se disparará hasta 1.660% en 2017, ensombrece la Navidad venezolana. Prácticamente devoró los cuatro aumentos del salario mínimo decretados por el presidente Nicolás Maduro en 2016.
‘Va a ser una Navidad triste, sinceramente. Muy triste, pero pa’lante’, afirma Antonia Cabrera, abuela de Gabriel, de ocho años.
Sin las luces y adornos que antaño daban colorido a la espera de Navidad y Año Nuevo, muchas calles de Caracas se ven vacías como en un feriado cualquiera, en vísperas de "la llegada del Niño Dios".
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