Con protestas que acusan a Goldman Sachs de "financiar la dictadura" y con el hashtag "bonos de sangre", los opositores venezolanos dentro y fuera del país repudian al banco de inversiones estadounidense por comprar a la petrolera estatal bonos a menos de la tercera parte de su precio. Este jueves, un centenar de venezolanos protestaron frente a la sede de Goldman Sachs en el centro de Miami. "¡Tienes sangre en las manos!", gritaban, llevando carteles que decían "Goldman Sucks" (Goldman apesta).
"Esta transacción es totalmente inmoral", dijo a la AFP una de las manifestantes, la caricaturista Rayma Suprani, de 47 años. "Están financiando un gobierno que asesina, que reprime".
El martes en Nueva York, ocurrió una escena similar: un grupo de venezolanos gritó consignas y ondeó banderas ante la sede del banco estadounidense de inversiones.
El banco cerró una compra de bonos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) con un descuento de 69%, según informó el domingo el Wall Street Journal.
Goldman Sachs pagó 865 millones de dólares por títulos de PDVSA emitidos en 2014 con vencimiento en 2022 y valor nominal de 2.800 millones de dólares.
Apenas se difundió esta noticia, el hashtag #GoldmanSachsBloodBonds (los bonos de sangre de Goldman Sachs) se popularizó en las redes sociales.
Un aluvión de tuits publican bajo este hashtag fotos y videos de episodios violentos durante las protestas que, desde el 1 de abril, dejan 60 muertos y cientos de heridos y detenidos.
El líder opositor Henrique Capriles escribió en Twitter que es "indignante y criminal financiar una dictadura"; y el lunes el presidente del Congreso venezolano, el opositor Julio Borges, amenazó a Goldman Sachs con desconocer la deuda.
- "Bonos del hambre" -
Goldman Sachs no respondió las consultas de AFP respecto a las protestas, pero sí confirmó el martes en un comunicado la adquisición de los bonos descontados de PDVSA a través de un intermediario.
Pero esto no cambia la situación, acusó José Colina, presidente de la organización Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (VEPPEX).
"Si le dan 800 millones de dólares a un régimen que está contra las cuerdas, que está asfixiado económicamente, le dan un respiro económico", dijo a la AFP.
Colina marcó lo que a su juicio subyace en la compra: los tenedores calculan que para 2022 Venezuela, que se asienta sobre la mayor reserva petrolera del mundo, se habrá recuperado de su actual crisis. Pero estos 865 millones insuflan liquidez a un gobierno que, según la oposición, está en el origen de la crisis.
Venezuela padece una grave escasez de alimentos y medicinas; con una inflación que, según el FMI, será de 720% este año
Pero Goldman Sachs no es el primer banco que padece críticas de opositores venezolanos por invertir en Venezuela.
El economista Ricardo Hausmann, profesor de Harvard y exministro de Planificación de Venezuela, denunció los "bonos del hambre" de JP Morgan en una columna del 26 de mayo, antes de que se conociera la compra de Goldman Sachs.
"El retorno del índice de bonos de mercados emergentes (EMBI+) de JP Morgan está muy influenciado por lo que sucede en Venezuela", escribió.
Y explicó: "Mientras Venezuela comprende sólo 5% de este índice, representa cerca de 20% de su retorno, porque el retorno de la deuda venezolana es casi cinco veces mayor que el de otros países en el índice".
Esto quiere decir, según el especialista, que el tenedor que compra este bono de mercados emergentes con la intención de obtener más rendimiento o ayudar "a un mayor segmento de la humanidad", en realidad "estarán hinchando porque las cosas en Venezuela empeoren".
AFP/ Yahoo