AFP |
Organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado de servir al gobierno, otros cientos de miles de seguidores del gobierno participan este domingo en un simulacro para esa elección.
"Este momento es histórico, no lo vamos a empañar con violencia (...). Es un día de paz y tolerancia, los dos bandos están siendo observados por el mundo", dijo a la AFP María Canela, en el ensayo en un colegio del centro de Caracas.
- "Un antes y un después" -
La MUD consulta a los venezolanos si rechazan la Constituyente, si apoyan unas elecciones y la renovación de los poderes públicos, y si quieren exigirle a la Fuerza Armada -principal sostén de Maduro- que respete la Carta Magna.
"Esta jornada marcará un antes y un después. Estamos haciendo historia. Vamos a demostrar al mundo entero y a quienes tienen el poder que el pueblo es el dueño de su destino", dijo Julio Borges, jefe del Parlamento de mayoría opositora.
La oposición acusa a Maduro de llevar al país a la bancarrota y a una "dictadura" que busca consolidarse y perpetuarse con la Constituyente, mientras que el presidente dice que sus adversarios promueven la violencia para derrocarlo con ayuda de Estados Unidos.
"Hoy estamos eligiendo entre la guarimba (protesta violenta) y la paz", aseguró Héctor Rodríguez, jefe de la bancada parlamentaria oficialista, durante el simulacro.
Respaldado por los poderes electoral, judicial y militar, Maduro da por hecho que tendrá de su lado a partir de agosto una Constituyente que regirá al país como un "suprapoder" por tiempo indefinido, con facultad hasta para anular al Parlamento.
Su proyecto causó una fractura del chavismo, encabezada por la fiscal general, Luisa Ortega, quien no acudió al plebiscito aunque sí su esposo y diputado chavista Germán Ferrer y otros disidentes.
- "Show" o "rebeldía" -
La consulta es apoyada por parte de la sociedad civil, la Iglesia católica, Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos y varios gobiernos de América Latina y Europa.
Buscando darle credibilidad, la oposición nombró garantes a cinco rectores de universidades y cuenta como observadores con los expresidentes Vicente Fox (México), Andrés Pastrana (Colombia), Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica) y Jorge Quiroga (Bolivia).
"Maduro tiene que entender que ya nadie le quiere", aseguró Fox. Pastrana dijo esperar que el presidente "entienda el mensaje: los venezolanos no quieren Constituyente".
El gobierno ve el plebiscito como una "consulta interna" de la MUD o un acto más de protesta, y cuestiona que la MUD vaya a quemar los cuadernos electorales argumentando que busca evitar represalias contra los votantes.
Suavizando el tono, Maduro llamó a una jornada "en paz": "Es un show internacional (...) háganlo, pero en paz. Sólo pido respeto, pacíficamente, sin ningún incidente", dijo el sábado.
El analista Luis Vicente León opinó que el éxito de la oposición dependerá de que los millones que voten en el plebiscito se movilicen en una "lucha pacífica" para sacar a Maduro del poder.
Definido como un "acto de rebeldía", la oposición afirma que tras el plebiscito se activará el lunes la "hora cero", la fase decisiva de las protestas, sin descartar una huelga general.
Las mesas de votación, unas 14.300 instaladas en Venezuela -500 funcionan en 80 países-, abrieron a las 07H00 locales (11H00 GMT) y cerrarán a las 20H00 GMT, para ofrecer los resultados por la noche.
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