especial Eduardo Riveros Quiroz, periodista chileno, columnista / 27 dic 2018.- Diciembre ha estado marcado por los ataques de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello contra el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, y los miembros de la resistencia venezolana Eduardo Bittar y Roderick Navarro.
El líder bolivariano, el que dicen que nació en Colombia pero que la Asamblea Nacional se ha negado a investigar, los ha acusado, a Bittar y Navarro, de estar preparando una invasión militar y sus seguidores han reaccionado de forma visceral en las redes sociales, pero no solamente los chavistas, sino también factores de oposición que están inquietos con la irrupción de estos nuevos líderes de opinión que se han cruzado en el camino de los tradicionales factores políticos – ligados a diálogos y negociaciones.
Para saber de primera voz me reuní con el hijo del presidente electo de Brasil, quién nos da luces de su cosmovisión de mundo, su percepción del problema venezolano, también de los señalamientos de xenofobia, homofobia y racismo que han fomentado sus enemigos políticos.
Los verdaderos jinetes del apocalipsis del que hablaba Hugo Chávez
En el período electoral del 2011 Hugo Chávez se refería a los candidatos de la oposición como los “jinetes del apocalipsis”, quizás era una exageración del momento, porque siete años más tarde si están apareciendo los verdaderos jinetes del apocalipsis desde la perspectiva chavista, está vez provenientes del sur: me refiero a Jair Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, el general en retiro Hamilton Mourão, más los venezolanos Eduardo Bittar y Roderick Navarro del movimiento Rumbo Libertad que parecen un solo ser como el monstruo mitológico de la hidra de Lerna o el monstruo de las dos cabezas, que deben ser fuente de sangrientas y terroríficas pesadillas de estilo gore para los máximos dirigentes políticos y militares ligados al gobierno y también para muchos políticos de oposición, en especial a quienes no hicieron quórum para elegir el CNE, o quienes le dan vueltas al nombramiento de un gobierno provisional o a quienes aman los diálogos y negociaciones en hoteles de renombre.
Al contrario de los tradicionales diálogos mi charla con Bolsonaro fue en un ambiente muy sencillo y con agua mineral, donde lo más sorprendente fue cuando iniciaba la primera pregunta, se cayó un vidrio a pocos metros, con un ruido estruendoso, como si un espíritu del más allá nos estuviera advirtiendo que habláramos de la justicia social, de la pachamama y de diálogo y más diálogo, pero esos temas no eran parte de esta conversación, más cuando Bolsonaro demostró su agilidad mental cuando me referí a Nicolás Maduro como presidente, donde automáticamente hace la corrección para llamarlo narcodictador, corrección hecha con determinación y convencimiento, convencimiento que plasmó en un lenguaje claro y directo, donde responde lo que se pregunta, lo que no es habitual en un político, rasgo que imagino pudo ser decisivo para que fuera el diputado elegido con mayor número de votos en la historia de Brasil.
En diciembre el presidente Nicolás Maduro y Diosdado Cabello han estado denunciando que podría existir una invasión internacional en su contra y acusando directamente a Brasil y algunos dirigentes de Rumbo Libertad. ¿ Que piensa de estos señalamientos de Nicolás Maduro? ¿Sorprende? ¿Lo toman con seriedad? ¿Les da risa?
-Primero, Maduro no es un presidente, es un narcodictador, y además, de parte de un capo como Diosdado Cabello, no hay credibilidad en ninguna parte. Lo que pasa es que Maduro está intentando presentarse para que más adelante él quede como víctima cuando se acabe la revolución.
-Lo que pasa es que toda persona dentro de Venezuela está pensando que el fin de la narcodictadura está cerca. Lo que va a venir después no se sabe, pero tentativas como la que pasó con Oscar Pérez dan cuenta de que pronto van a volver a ocurrir de nuevo, porque ya tiene más de cuatro millones de venezolanos que están afuera de Venezuela y una parte de ellos son militares.
-Lo que está haciendo Maduro es colocarse en una situación de víctima, pero en la realidad Colombia y Brasil no están ahí queriendo hacer una guerra o poner a militares en la frontera.
-Yo creo que eso pasará si es un movimiento internacional que no va a reconocer las últimas elecciones en Venezuela, además del fraude y de la falta de transparencia, donde más del 80 % de los venezolanos no fueron a votar porque no hay credibilidad en ese sistema propuesto por Maduro, además no hay democracia, porque la verdadera oposición no puede hacer oposición en Venezuela, así que la MUD es en realidad una falsa oposición, porque reconoce como presidente a un narcodictador que es electo con apoyo de 17 % de los electores y además utilizando mucha violencia.
-Es como hablé en las redes sociales, la última prensa independiente de Venezuela cerró ahora por falta de papel, pero en realidad no es falta de papel, es que el Gobierno controla hasta el papel, entonces la prensa que quiere seguir trabajando en Venezuela tiene que hablar bien del Gobierno de Maduro.
¿En el caso de la opinión pública de Brasil la gente de Brasil está consciente que en la frontera, al sur de Venezuela existen grupos irregulares, narcotraficantes, guerrilleros… les preocupa?
-Nos preocupa mucho. Lo que pasa es que en Venezuela está las Farc, guerrilla colombiana, está Hezbollah, están los cubanos y otros grupo de intereses ligados a Maduro, entonces infelizmente Venezuela se cambió a un narcopaís, y tenemos mucho miedo que eso venga para Brasil.
– Si miramos la historia, cada veinte años un país de latinoamérica quiere ser socialista: 1959 en Cuba; 1979 con Nicaragua; 1999 Chávez en Venezuela, entonces nosotros no queremos que Brasil sea el próximo país con este sistema de Venezuela, pero es necesario aclarar a todos los brasileros lo que pasa, porque yo creo que los que están más sensibles son los brasileros que viven en el norte por cuenta de la crisis migratoria, que en realidad es un reflejo de la crisis humanitaria porque las personas están huyendo del hambre, porque no hay perros ni gatos para comer en las calles de Venezuela.
-Entonces es preciso aclarar a todos de este gran problema que tenemos, los grupos guerrilleros, narcotráfico, comunismo. Todo lo peor que hay en el mundo está ahí en el territorio venezolano, incluso, yo aconsejo a todos para que lean un libro del periodista brasileño Leonardo Coutinho llamado “Hugo Chávez, el espectro”, ahí se van a dar cuenta de todo lo que realmente pasa en Venezuela.
¿Cuál fue el secreto del éxito de Jair Bolsonaro?, porque siempre se ha sostenido que en países como Venezuela y Brasil el estatismo, el colectivismo, el socialismo del siglo XXI como le llamen es muy poderoso en la mente de las personas, a pesar de que en ninguna parte de la tierra ha tenido éxito, quizás dicen en Marte…
-…es gracioso, pero mira como una ideología tan atrasada, que no la ha pasado bien en ningún lugar del mundo se está viniendo para Brasil. Es que los de izquierda no tienen vergüenza de entrar en la universidad, de adentrarse en las escuelas y decir en forma romántica sobre su ideología, pero su ideología ha matado a millones de personas en todo el mundo. Entonces lo que pasó en Brasil fue una reacción a todo eso.
-Las personas individualmente estaban como enojadas de la política, enojadas de todo eso y de tanta polarización, de tanto asistencialismo, de tanto victimismo y de tanta corrupción, entonces pasar a mirar a Jair Bolsonaro una persona que estaba allá fuera de todo, es como un outsider y pusieron toda su confianza en él, y yo creo que la Internet también fue fundamental para saber quién es realmente Jair Bolsonaro, la prensa no tiene más credibilidad en Brasil, no importa lo que escriba, las personas ya tienen sus propias conclusiones, sus propias ideas de cómo es Jair Bolsonaro y así fue. Por eso no gastó ni medio millón de dólares en su campaña y se quedó casi un setenta por ciento de su campaña dentro de su casa, por cuenta de la puñalada que sufrió, entonces está más que claro que la izquierda no consigue manipular más a las personas,
-Tenemos que tener cuidado. Yo considero a la izquierda en Brasil, al radical de izquierda como un virus que está siempre ahí en el cuerpo, solo esperando que la inmunidad esté baja para volver, entonces no podemos subestimarlos y tenemos que aprovechar la oportunidad que tenemos ahora en Brasil y en toda Sudamérica con Duque en Colombia, Macri en Argentina, Piñera en Chile, para que nosotros podamos realmente hablar de que las personas necesitan ser libres y a través de la meritocracia y el trabajo ponerse en la posición social que quieran, que no necesitan del papá o de la mamá Estado para obtener todas las cosas de su vida.
¿Me puede hablar un poco del rol que han tenido los jóvenes venezolanos Roderick Navarro y Eduardo Bittar que mucha gente en Venezuela está un poco sorprendida de la irrupción de estos jóvenes que se tuvieron que ir obligados del país?
-Creo que si vuelven a Venezuela, les matan. No sé, al menos presos seguramente, entonces tienen que vivir fuera de Venezuela. Nos conocimos hace unos dos, tres años. Se fueron a mis oficinas en Brasilia para aclarar lo que realmente pasaba en Venezuela, y después de eso seguimos a Roraima, la provincia que está al lado de la frontera con Venezuela.
-Para nosotros ellos son la verdadera resistencia, así que ahora que Jair Bolsonaro fue electo, ellos son las personas que están ahí hablando directamente conmigo, que tengo acceso al canciller, acceso al presidente de Brasil para aclarar la verdadera situación de Venezuela, entonces son muy importantes. De hecho hasta hablaría de un papel vital para nosotros en el tema sobre Venezuela.
Su relación con el presidente Trump, ¿cree que pueden establecer una buena alianza?
-La semana pasada me fui a Estados Unidos y tuve un encuentro con personas del gobierno, hablé con Jared Kushner (esposo de Ivanka Trump) quien es el asesor de Donald Trump; Kimberly Breier, asesora del vicepresidente Mike Pence.
-Seguramente te puedo hablar que hay mucha afinidad de ideas, pero no puedo hablar por ellos. Entonces hablo por la parte de Brasil, todo lo que se haga para acabar con esta crisis humanitaria que pasa en Venezuela tendrá nuestro apoyo, entonces seguiremos trabajando en ello.
-Por mi parte, yo, Eduardo Bolsonaro, diputado federal, no reconozco las últimas elecciones venezolanas y seguramente reconoceríamos a un Gobierno de transición que sea refrendado por el Tribunal Supremo de Justicia que está instalado en Washington, y creo que ese es el camino.
-Me encantaría si tuviésemos que nombrar personas notables en Venezuela para empezar a hacer esta transición. Yo sé que más temprano o más lejos pasará de nuevo lo que pasó con Oscar Pérez: grupos de venezolanos desde fuera de Venezuela que van a intentar entrar a Venezuela y que seguramente si tienen éxito en el inicio otras personas se van a juntar en este movimiento, pero esto es algo que tiene que venir de los venezolanos.
-Yo no veo a Brasil colocando sus tanques de guerra en la frontera pero miro a las Naciones Unidas haciendo un esfuerzo. Creo que podemos trabajar en eso también, al menos en la frontera para atraer la atención mundial, para dar más dignidad a los venezolanos que están huyendo del hambre, porque cuando me fui a la frontera vi personas defecando en la calle, grandes pozones de orina y heces porque la gente no tiene aseo mínimo, ni servicios básicos, entonces yo creo que las Naciones Unidas debiese estar más atenta para eso, porque lo que pasa en Venezuela no es una cosa de derecha o izquierda.
-Cuando yo viajé desde la capital de la provincia de Roraima, una ciudad llamada Boavista, hasta Pacaraima, que es la última ciudad brasilera de la frontera a unos 200 kilómetros, si te vas por ahí se ven grupos y grupos de venezolanos caminando, tres días caminando sin baño, para llegar a la capital de esa provincia de Brasil, para intentar pedir plata en la calle para enviar a sus familias a Venezuela, porque la historia es siempre la misma: se habla de que no hay más perros ni más gatos para comer en Venezuela, entonces no es un tema de derecha, de izquierda, de socialismo, de liberalismo, es un tema de humanidad, y ahí si tiene que estar las Naciones Unidas.
-Yo creo que, gracias a Dios, ya están haciendo un trabajo junto a las fuerzas armadas de Brasil para recibir a los refugiados, pero creo que podrían poner más energía en eso y si se pasa a algo más violento para que ponga sus tropas.
La propaganda política dice que los Bolsonaro son fascistas porque odian a los homosexuales, son machistas…
– Entonces 57 millones de brasileños que votaron por Bolsonaro son racistas, machistas, homofóbicos, fascistas. Por esta razón no hay más debate en Brasil, hay una polarización, porque si uno se pone en contra de películas donde hombres besan a hombres en escuelas de niños de 5, 6 años de edad como el ministro de educación del partido de los trabajadores Fernando Haddad intentó hacerlo el 2010 te llaman homofóbico, no hay debate, no hay como charlar, no hay como hablar.
-La izquierda lo que hace es demonizar a sus adversarios y seguir en el poder. La izquierda es maestra en dividir a la sociedad para después conquistarla, así que después de hablar que Jair Bolsonaro es homofóbico, viene un político de izquierda para decir que (Bolsonaro) es homofóbico, para decirle a los homosexuales: “miren homosexuales, aquí estoy yo para protegerlos”; después más adelante con los negros la misma cosa: “estoy aquí para protegerlos y Jair Bolsonaro es racista”; y después lo mismo más adelante con las mujeres: “Jair Bolsonaro es machista estoy aquí para protegerlas a ustedes mujeres”, pero esto no tiene ya mayor credibilidad.
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