El candidato de izquierda que se postula para la presidencia de Uruguay busca la cuarta victoria consecutiva para su partido oficial, el Frente Amplio, el cual ha permanecido en el poder desde 2005
El Universal
Cuando tenía 14 años de edad, el ahora candidato a la presidencia de Uruguay, Daniel Martínez, del izquierdista Frente Amplio (FA), escribió un breve programa de gobierno como parte de una tarea escolar. Su programa incluía propuestas como promover la agricultura intensiva, la integración latinoamericana y la captación de capitales extranjeros.
Dos años más tarde llevó su vocación política a la práctica, cuando comenzó a militar en la clandestinidad en grupos de izquierda durante la dictadura militar (1973-1985), según información de Xinhua.
Martínez nació el 23 de febrero de 1957 en Montevideo, se crió en un hogar de clase media del barrio Punta Carretas, sin vínculo con la política.
"Es un uruguayo medio, hijo de la clase media", dijo el periodista Antonio Ladra, autor del libro biográfico "Daniel Martínez. La carrera del ingeniero".
"Es hijo de inmigrantes, como un uruguayo común y corriente", sintetizó Ladra entrevistado por Xinhua.
A los 19 años se casó con Laura Motta, docente de inglés, con quien tiene tres hijas y siete nietos.
"Hicimos una vida y dimos vida en condiciones en que por nuestras actividades políticas en la clandestinidad no sabíamos qué podía pasar con nosotros", recordó Martínez.
Estudió la carrera de ingeniero industrial mecánico en la Universidad de la República y se recibió en 1981. Trabajó en la refinería de la estatal Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP), empresa que luego presidió.
Colaboró también en la reorganización del sindicato que había prohibido la dictadura y fue un sindicalista destacado, hasta que se desilusionó de las pujas internas, dedicándose a la actividad privada, periodo en que le fue "muy bien" en una empresa de robótica.
Después de haber sido presidente de la ANCAP y ministro de Industria en el primer gobierno del FA, presidido por Tabaré Vázquez, recibió un gran golpe.
El golpe consistió en que se le impidió ser candidato a la intendencia de Montevideo, pese al respaldo popular que tenía, producto de pujas internas.
Cinco años más tarde tuvo revancha: fue candidato y resultó electo intendente, cargo que ejerció de 2015 a 2019, periodo durante el cual eliminó el déficit del gobierno capitalino e impulsó un ambicioso plan de infraestructura.
Martínez es la esperanza para casi un millón de uruguayos que esperan que el FA, en el gobierno desde 2005, logre su cuarto mandato consecutivo.
Pese a resultar ganador en la primera vuelta electoral del 27 de octubre pasado, con el 39% de los votos, el favorito para el balotaje de este domingo es el opositor Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (PN), quien obtuvo el 28%, pero ahora cuenta con el apoyo de otros partidos opositores de centro-derecha.
Los lemas de su campaña a la presidencia fueron: "No perder lo bueno" y "Hacerlo mejor". Como no pudo establecer alianzas con otros partidos, su premisa era el "voto a voto", y convencer a electores indecisos de manera individual.
El FA argumenta que ha transformando a Uruguay en el país "más igualitario" de América Latina y el Caribe, con 15 años de crecimiento ininterrumpido y 61% de crecimiento real del salario.
El aspirante presidencial del FA promete bajar el déficit fiscal (cercano al 5%) a través de crecimiento económico, "sin afectar las políticas sociales" y "repartiendo aún mejor la riqueza".
Daniel Martínez se reconoce con "capacidad de lucha" y "disciplina para soportar momentos difíciles, resistir la angustia" y "salir adelante".
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