Productores en Venezuela, un país que por años ha sufrido problemas de nutrición, están dejando que se pudran cultivos en los campos o alimentando a los animales ante las dificultades para transportar bienes a los mercados por la falta de combustible y en medio de una cuarentena por coronavirus.
Reuters
Al inicio el 17 de marzo del aislamiento nacional por el COVID-19, gremios productivos advirtieron que el despacho de alimentos se retrasaría y podría haber escasez por los problemas con el abastecimiento de gasolina, agravados luego de sanciones aplicadas por Washington al gobierno de Nicolás Maduro .
Esta situación amenaza el abastecimiento de alimentos en momentos en que Venezuela no sólo enfrenta una pandemia, sino también una emergencia humanitaria con más de 9 millones de venezolanos con hambre o una ingesta insuficiente de comida, según las Naciones Unidas..
“La lechuga se la echo al ganado porque esta perdida”, dijo Angel Mora, un agricultor de 55 años en La Grita, en el estado andino de Táchira en la frontera con Colombia. “Se siente nostalgia porque este es nuestro pan. Nosotros tenemos hijos y nietos por mantener”, agregó.
Antes de la cuarentena salían semanalmente de La Grita, 500 camiones, cada uno cargado con unas 10 toneladas de verduras y rumbo a los mercados, según Robert Maldonado, representante de los agricultores en el municipio Jáuregui, donde se ubican las verdes y fértiles colinas de esta localidad.
Pero ahora hay “un aproximado de 5.000 toneladas semanales de verduras y hortalizas que se están quedando en la montaña alta por falta de combustible. No hay gasolina para hacer la recolección”, agregó.
Los cultivadores de la zona de la Grita, sin suficiente dinero para pagar la mano de obra que saque de la tierra los cultivos de zanahoria, calabacín, lechuga, remolacha, repollo, entre otros, prefieren dejarlos y lo poco que saquen dárselo al ganado como alimento, regalarlo o venderlo a muy bajo precio a vecinos de la zona o entregarlo en donación a iglesias.
No hay una cifra oficial de cuántas toneladas de verduras y hortalizas se han perdido en todo el país por la falta de gasolina para los camiones. El Ministerio de Información de Venezuela no respondió un pedido de comentario.
Las dificultades para transportar los cultivos en medio de la peor escasez de combustible que sufre la nación en más de una década se notan en las estanterías de los comercios.
En algunas regiones del país, los anaqueles tienen aún productos secos como pasta y enlatados, entre otros, pero las verduras son escasas y los precios de la carne y el queso se han disparado en todo el país, que ya va en su tercer año de hiperinflación, según representantes gremiales.
“No están llegando los camiones de Táchira y por esos lados y el pueblo se alimenta de verduras” dijo Remo Di Marcantonio, director Fedecámaras en el estado Anzoátegui, en el oriente venezolano.
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