En el lugar donde se encuentra la casa en la que desemboca el túnel por el que presuntamente escapó el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, no había nada más que hierba, según vecinos de la zona, consultados por la agencia AP, quienes apuntaron que esa obra la hicieron durante 3 meses.
Todos coinciden en asegurar que en el verano de 2014, sólo unos meses después de la captura del capo -ocurrida en febrero- alguien compró el predio y levantó la casa con rapidez.
El domingo, 12 horas después de la fuga, ninguno de los vecinos con los que habló The Associated Press había sido interrogado por las autoridades.
De acuerdo con AP, tres personas de distintas viviendas -todas cercanas a la que escondía el túnel- mencionaron que una furgoneta blanca iba y venía del inmueble a menudo, y que esa gente “emparejó” el camino de terracería.
Una de esas personas, quienes prefirieron mantener el anonimato, dijo que su hijo trabajó de albañil en la construcción de la casa, que recibió buena paga por ello y que el edificio sehizo en sólo tres meses. Pero no pensaron para qué serviría la obra.
La prensa no tuvo acceso al interior de la propiedad ubicada en la colonia Santa Juana, municipio de Almoloya, Estado de México, pero en unas fotografías divulgadas por la fiscalía general se logra apreciar la salida del túnel:
La casa está ubicada a 1,5 kilómetros del penal de máxima seguridad del Altiplano, que se observa a la perfección desde la pequeña loma en la que se levanta, y a unos tres kilómetros de una base militar el Octavo Regimiento Motorizado del Ejército.
La única persona que afirmó haber visto algo sospechoso fue la madre del albañil, un joven de 20 años que ahora vive en la Ciudad de México. Ella habla de dos diferentes propietarios: El primero un señor de unos 70 años que dirigió la construcción, y de un hombre más joven y gordo que conducía la furgoneta blanca.
“Debió costar muchísimo dinero porque son unas cinco hectáreas“, señaló. “Al ver pasar a los trabajadores mi hijo les preguntó si tenían chamba (trabajo) le dijeron que sí y eso hizo, le pagaban bien. Eran como unas 12 personas las que construyeron la casa. Yo pensé preparar tortas para írselas a vender a los albañiles y así me sacaba algo, pero mi hijo dijo que no hacía falta”.
Su hijo le comentó posteriormente que ya no le darían empleo porque el anciano había vendido la casa y el nuevo dueño traía a sus propios trabajadores, añadió la mujer. Ella fue la única persona que dijo haber visto una “máquina amarilla, como una excavadora”. El resto de los vecinos afirmaron que cuando se empezó a levantar la casa vieron un camión con material de construcción. (Con información de AP)