MADRID.- El Ministerio de Exteriores ha convocado esta tarde al embajador de Venezuela en España, Mario Isea, para trasladarle “el rechazo y el malestar” del Gobierno por los “inaceptables insultos” al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, por parte del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Una protesta diplomática que viene a raíz de las últimas declaraciones del presidente venezolano en las que llama “sicario” a Rajoy además de vincularle con Franco. Maduro también se refirió, una vez más, a la ley de Seguridad Ciudadana aprobada en España, conocida como ley mordaza. En opinión de Maduro, con esta medida, Rajoy le ha dado “una puñalada a la democracia” en nombre de Francisco Franco.
El embajador ha sido recibido a las 18:30 horas en el Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Exteriores, por el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez de Olea, quien le ha comunicado el firme rechazo y el malestar del Gobierno por “las afirmaciones y calificativos injuriosos” de Maduro.
“El Gobierno español lamenta que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela recurra reiteradamente a afirmaciones irrespetuosas que en nada ayudan a mejorar la relación”, afirma Exteriores en un comunicado.
A la salida de la reunión, que ha durado poco más de 15 minutos, el embajador de Venezuela ha eludido responder a las preguntas de los informadores y se ha limitado a señalar que no iba a “declarar nada”.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, criticó ayer en una alocución televisada las medidas de ajuste económico exigidas a Grecia por líderes europeos, a quienes llamó “sicarios”, y nombró expresamente al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
“Ahí (en Grecia) va a pasar algo. Otro sicario de Europa es Rajoy. Son sicarios; Rajoy es un sicario del pueblo”, dijo Maduro.
Segunda llamada al embajador en tres meses
La respuesta de España ha sido convocar al embajador venezolano, por segunda vez en esta legislatura, para trasladarle su rechazo y malestar por estos nuevos insultos de Maduro a Rajoy.
El departamento que dirige José Manuel García-Margallo insiste en la nota que ha hecho pública tras reunirse al embajador venezolano en el deseo de España de mantener unas “relaciones constructivas” con el Ejecutivo de Maduro.
“El Gobierno de España quiere subrayar una vez más su deseo de mantener con el gobierno de Venezuela relaciones constructivas, más allá de nuestras diferencias, fundamentadas en el diálogo y el respeto mutuo, desde los lazos fraternales que unen a nuestros dos países y a nuestros pueblos”, afirma el comunicado.
Esta es la segunda vez en tres meses que España convoca al embajador de Venezuela. La última fue el 15 de abril, para trasladar su malestar por los “insultos y amenazas” contra España de Nicolás Maduro al tachar a Mariano Rajoy de “racista”.
El detonante en esa ocasión fue la aprobación en el Congreso de una resolución que pedía la liberación de los opositores venezolanos presos Leopoldo López y Antonio Ledezma.
Al otro lado del Atlántico, el Gobierno de Maduro convocaba al embajador español en Caracas, Antonio Pérez-Hernández y Torra, para comunicarle que iba a llevar a cabo una “revisión exhaustiva” de las relaciones bilaterales.
Tan sólo una semana después, el 22 de abril, España llamaba a consultas a su embajador en Caracas en señal de protesta por la “escalada de insultos, calumnias y amenazas” de Maduro contra España y sus instituciones.
Maduro había acusado al Gobierno de “apoyar al terrorismo” en Venezuela y de formar parte de una “conjunta internacional” para derrocarlo. Acusó además a Rajoy de formar parte de “un grupo de bandidos, de corruptos y de ladrones”.
La llamada a consultas es una herramienta de protesta diplomática que supone la retirada temporal del embajador durante un periodo de tiempo indeterminado, aunque Pérez-Hernández y Torra regresó a principios de mayo a Caracas.
Las relaciones entre España y Venezuela han atravesado una serie de desencuentros desde que, en octubre pasado, Lilian Tintori, esposa del opositor Leopoldo López, fue recibida por Rajoy, en calidad de líder del PP.
EFE
Una protesta diplomática que viene a raíz de las últimas declaraciones del presidente venezolano en las que llama “sicario” a Rajoy además de vincularle con Franco. Maduro también se refirió, una vez más, a la ley de Seguridad Ciudadana aprobada en España, conocida como ley mordaza. En opinión de Maduro, con esta medida, Rajoy le ha dado “una puñalada a la democracia” en nombre de Francisco Franco.
El embajador ha sido recibido a las 18:30 horas en el Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Exteriores, por el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez de Olea, quien le ha comunicado el firme rechazo y el malestar del Gobierno por “las afirmaciones y calificativos injuriosos” de Maduro.
“El Gobierno español lamenta que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela recurra reiteradamente a afirmaciones irrespetuosas que en nada ayudan a mejorar la relación”, afirma Exteriores en un comunicado.
A la salida de la reunión, que ha durado poco más de 15 minutos, el embajador de Venezuela ha eludido responder a las preguntas de los informadores y se ha limitado a señalar que no iba a “declarar nada”.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, criticó ayer en una alocución televisada las medidas de ajuste económico exigidas a Grecia por líderes europeos, a quienes llamó “sicarios”, y nombró expresamente al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
“Ahí (en Grecia) va a pasar algo. Otro sicario de Europa es Rajoy. Son sicarios; Rajoy es un sicario del pueblo”, dijo Maduro.
Segunda llamada al embajador en tres meses
La respuesta de España ha sido convocar al embajador venezolano, por segunda vez en esta legislatura, para trasladarle su rechazo y malestar por estos nuevos insultos de Maduro a Rajoy.
El departamento que dirige José Manuel García-Margallo insiste en la nota que ha hecho pública tras reunirse al embajador venezolano en el deseo de España de mantener unas “relaciones constructivas” con el Ejecutivo de Maduro.
“El Gobierno de España quiere subrayar una vez más su deseo de mantener con el gobierno de Venezuela relaciones constructivas, más allá de nuestras diferencias, fundamentadas en el diálogo y el respeto mutuo, desde los lazos fraternales que unen a nuestros dos países y a nuestros pueblos”, afirma el comunicado.
Esta es la segunda vez en tres meses que España convoca al embajador de Venezuela. La última fue el 15 de abril, para trasladar su malestar por los “insultos y amenazas” contra España de Nicolás Maduro al tachar a Mariano Rajoy de “racista”.
El detonante en esa ocasión fue la aprobación en el Congreso de una resolución que pedía la liberación de los opositores venezolanos presos Leopoldo López y Antonio Ledezma.
Al otro lado del Atlántico, el Gobierno de Maduro convocaba al embajador español en Caracas, Antonio Pérez-Hernández y Torra, para comunicarle que iba a llevar a cabo una “revisión exhaustiva” de las relaciones bilaterales.
Tan sólo una semana después, el 22 de abril, España llamaba a consultas a su embajador en Caracas en señal de protesta por la “escalada de insultos, calumnias y amenazas” de Maduro contra España y sus instituciones.
Maduro había acusado al Gobierno de “apoyar al terrorismo” en Venezuela y de formar parte de una “conjunta internacional” para derrocarlo. Acusó además a Rajoy de formar parte de “un grupo de bandidos, de corruptos y de ladrones”.
La llamada a consultas es una herramienta de protesta diplomática que supone la retirada temporal del embajador durante un periodo de tiempo indeterminado, aunque Pérez-Hernández y Torra regresó a principios de mayo a Caracas.
Las relaciones entre España y Venezuela han atravesado una serie de desencuentros desde que, en octubre pasado, Lilian Tintori, esposa del opositor Leopoldo López, fue recibida por Rajoy, en calidad de líder del PP.
EFE