¡La paciencia se agota! Una mujer no soportó la impotencia e indignación que sentía tras haber realizado, sin éxito, una cola de varias horas para comprar un paquete de azúcar que estaba necesitando. Al llegar su turno el producto ya se había agotado y la mujer estalló, y con todas sus fuerzas.
La mujer salió del supermercado gritando sin miedo y con muchas ganas: “Maldito gobierno, desgraciado gobierno”, en medio del aplauso de los presentes.
La mujer salió del supermercado gritando sin miedo y con muchas ganas: “Maldito gobierno, desgraciado gobierno”, en medio del aplauso de los presentes.