¡Hecho en revolución! Hambre impide a niños venezolanos ir al colegio - Tepuy Digital

¡Hecho en revolución! Hambre impide a niños venezolanos ir al colegio

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La imposibilidad de alimentarse, así como de comprar útiles y uniformes ha obligado a muchos padres a retirar a los niños de las aulas

En una crisis como la venezolana, se podría decir que la única esperanza de sus ciudadanos es estudiar para superarse y obtener algo más que un sueldo mínimo para tratar de paliar la aguda y acelerada inflación que azota los bolsillos de los venezolanos, sin embargo, cada día es más cuesta arriba para estos acceder al sistema educativo, destruído por el socialismo.

El secretario de educación del estado Miranda, Juan Maragall, indicó a EFE que en esa entidad unos 10 mil  jóvenes en edad escolar abandonaron las aulas este año: un 9 % de la matrícula total de primaria y un 13 % de secundaria. “Si Venezuela se comportara similar a Miranda (…) y proyectas la cifra a nivel nacional podrían haber abandonado la escuela unos 560.000 alumnos este año”, explicó el funcionario que atribuye esta deserción al encarecimiento y la escasez de alimentos, así como al costo del transporte público que resulta elevado para quienes devengan salario mínimo.

Pero no sólo el alto costo de la vida influye en el abandono a la escuela según Maragall, la inseguridad podría ser otra causante. El funcionario señala que una de cada tres escuelas de Miranda reporta que en sus entornos hay enfrentamientos entre bandas o balaceras, y explica que estos conflictos son “permanentes y desestabilizan la seguridad de la zona”, por lo que algunos padres deciden no enviar a sus hijos a los planteles.

En una entrevista publicada por El Universal, Jaua contrastaba esta diferencia destacando que la matrícula total “debe estar variando en este momento” porque se mantienen sistemas abiertos de inscripciones “prácticamente hasta enero, y ahorita se está dando un número importante de inscripciones”.

Sin embargo, la Federación Venezolana de Maestros (FVM) le ha salido al paso a las declaraciones del titular de la cartera de Educación, afirmando que desconoce el paradero de ese cuarto de millón de alumnos y ha manifestado su preocupación por este tema, al tiempo que ha denunciado el deterioro de más del 90% de los planteles educativos y la inacción del Gobierno nacional en este sentido.

Directores de planteles educativos que pidieron no revelar sus nombres, aseguraron que la disminución de estudiantes se debe además del empobrecimiento progresivo de padres y representantes a la emigración masiva que se ha intensificado luego de que fuera elegida pese al descontento popular una Asamblea Nacional Constituyente el pasado 30 de julio.

¿Destinados a limpiar pisos?

Es púbicamente conocido que los hijos de los funcionarios venezolanos que ocupan altos cargos en la gestión gubernamental no estudian en Venezuela, sino en las instituciones educativas más costosas y prestigiosas del mundo. Los críticos aseguran que pareciera que sus padres, quienes han impuesto el socialismo como forma de vida, no lo quisieran para ellos y por esta razón los envían a otros países a acceder a la más exclusiva educación, al estilo de reyes y personalidades influyentes. Tal es el caso de Rosinés, la hija del fallecido Hugo Chávez, quien abandonó el país para estudiar en la Universidad de París, conocida mundialmente con el nombre de La Sorbona, un gusto que muy pocos pueden darse.

Sin embargo, la mayoría de los jóvenes venezolanos no cuentan con esta misma suerte, el Gobierno ha oferecido recientemente a quienes no tienen recursos un plan denominado “Chamba Juvenil”, en el cual tratan de capacitarlos en alguna actividad como barrer calles a cambio de un sueldo mínimo. Según un portal oficialista se trata de “un nuevo programa social que ofrece a los jóvenes venezolanos la oportunidad de conseguir empleo. El Plan Chamba Juvenil Venezuela ofrece empleos en materia de Salud, Seguridad, Producción, mantenimiento urbano, recreación, entre otros”, según se pude leer en la descripción oficial del proyecto.

Empero, la mayoría de los jóvenes encuestados sobre este plan que fueron llamados a participar en la popular parroquia Catia, aseguran que les ofrecieron barrer las principales calles de esta zona sin tomar en cuenta ningún aspecto, tal como la preparación o desempeño de los menores.

Bachilleres sustituyen a profesores 

La improvisación de este plan para contratar a jóvenes de escasos recursos se hizo evidente cuando se conoció que ante el déficit de profesores en educación media diversificada fueron escogidos bachilleres para impartir clases. Aunque no han sido reveladas las cifras oficiales, se calcula que la carencia de instructores en materias básicas como Biología, Matemáticas, Física y Química está por encima de 50%, de acuerdo con datos de la asociación civil Asamblea de Educación.

Los bajos salarios que perciben los maestros y profesores en Venezuela ha contribuido sin duda alguna a que esta situación se intensifique, y la falta de correctivos por parte del Ejecutivo, según especialistas, ha agravado la situación debido a la ausencia de una política que aborde el problema estructuralmente.

El hecho de que en el programa “Chamba Juvenil”, los registrados con intereses en áreas de educación asumirán la labor docente previa aprobación de un curso de 5 semanas o 40 horas académicas de duración, revela que la solución está lejos de alcanzarse, señaló Ramón Rengifo, presidente del Colegio de Profesores de Venezuela, a un medio de circulación nacional.

Libros “incomprables” 

Otra problemática que enfrentan quienes desean superarse en Venezuela radica en los altos costos de los libros, un clásico de la literatura, indispensable para cualquier joven que desee obtener cultura general se ubica entre los 50 y 100 mil bolívares.

Estudiar se convierte así, en una difícil tarea para los más desposeídos. Es importante destacar que la educación fue bandera propagandística durante los gobiernos calificados por muchos como “populistas”, del ex presidente Hugo Chávez Frías, quien impulsó una serie de “misiones” que tenían como objetivo brindar educación gratuita a los sectores con menores ingresos de la población.

Todos los analistas coinciden en que cada día es más difícil para un padre de familia llevar la canasta básica a su hogar y garantizar la educación de sus hijos como se acostumbraba en la mayoría de las familias venezolanas décadas atrás, convirtiéndose la educación en un derecho para unos pocos privilegiados.

Desde la instalación del régimen dictatorial socialista, cada vez es más frecuente que los niños se desmayen en las escuelas por falta de nutrientes y que las instituciones carezcan de condiciones básicas para impartir clases. A principios de año la ONG Cáritas denunciaba los altos índices de desnutrición en niños y bebés recién nacidos por región, alertando sobre el tortuoso futuro de estos y exigiendo medidas urgentes.

Atrás quedó el tiempo en que los colegios públicos abastecían de alimentos sus comedores, lo que representaba un alivio para padres de bajos recursos. En la Venezuela de hoy la desnutrición es un común denominador en niños de zonas populares, también es frecuente verlos rebuscando en la basura juntos a sus padres, vistiendo un desgatado uniforme escolar, un legado de Chávez que sin duda alguna será imposible borrar, puesto que los daños  provocados en estas generaciones serán irreparables.

RL

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