El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se reunirá el viernes con el canciller de Rusia, Sergei Lavrov, en momentos en que Moscú continúa apoyando al gobierno del país sudamericano a pesar de las advertencias de Washington de que puede endurecer las sanciones.
Reuters
Lavrov ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores, donde fue recibido por una orquesta juvenil que tocaba música tradicional venezolana. No hizo declaraciones a la prensa antes de entrar en una reunión con el canciller Jorge Arreaza. Poco después se encontró con la vicepresidente, Delcy Rodríguez. Tampoco hubo declaraciones.
La asistencia de Rusia podría ser decisiva para que Maduro impulse la producción de petróleo y restablezca el crecimiento económico, tras una sorpresiva apertura de la economía el año pasado que siguió a años de hiperinflación y un éxodo migratorio de unos 5 millones de personas.
Esta semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió en la Casa Blanca con el líder opositor, Juan Guaidó, quien es reconocido por más de 50 países como el presidente legítimo de Venezuela.
El jueves, el representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, advirtió de que el apoyo de Rusia al gobierno de Maduro “ya no será gratuito”.
Lavrov, quien visitó México como parte de una gira por países latinoamericanos, criticó el jueves las “provocaciones” de Estados Unidos y dijo que Washington busca un pretexto para una intervención militar.
A pesar del drama al estilo de la Guerra Fría, no es obvio que Washington esté preparado para sancionar a las compañías petroleras rusas debido al probable impacto en los mercados.
Si bien el gobierno de Trump ha dicho que quiere privar a Maduro de los ingresos por exportaciones, las sanciones incluyen excepciones que permiten a compañías, como el gigante petrolero estadounidense Chevron, y Reliance de India, continuar comprando petróleo venezolano.
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